Soy María Jesús Morcillo, residente en DomusVi Parque Gavilanes

Soy María Jesús Morcillo, residente en DomusVi Parque Gavilanes en la provincia de Toledo. Mi marido fue una de las primeras personas que fueron positivo en Covid-19. Cuando me enteré, inmediatamente, avisé a la dirección de lo sucedido y procedieron a aislarme en una habitación. La Dra. Castillo me realizó la prueba y di positivo. Era de las primeras personas de la residencia que tenía el virus. No me creía mucho que lo tuviera hasta que vi a las auxiliares con esos trajes como de astronauta, me daba hasta miedo, me intimidaba hasta que día a día me fui acostumbrando.  

Durante este aislamiento, usaba mi tiempo en leer la novela “La Valiente Piconera” de Priscila Velázquez, muy bonita por cierto, escuchaba vídeos que me mandaban mis amigos y familiares por Whatsapp, veía a mi familia a través del móvil por videollamadas, veía pasar los coches a través de la ventana y reflexionaba. No quería ver la televisión porque continuamente dan titulares sobre la enfermedad y se me ponían los pelos de punta al ver ciertas imágenes.  

Estuve cerca de treinta días en la “temida” segunda planta. Como decía, reflexioné mucho, reflexioné sobre lo importante que es la vida y aprendí a ser mejor persona. Todos los días pensaba que de todo se sale y que Dios no me abandonaría para poder seguir cuidando de mi hija que tiene una discapacidad.  

Me sentía querida cuando me decían que me darían un abrazo pero que por la situación no podían y se me pasaba un poco. También me consolaban los mensajes que me enviaba mi nieto ”Abuela voy a rezar mucho para que nos den buenas noticias en poco”, “Te amo abuela, descansa y no sufras por mí, lo primero sois vosotros, tú y el abuelo”, “Ahora y siempre os amo más que a nada en el mundo” 

Hace un mes aproximadamente, he vuelto a mi habitación con mi compañera Victoria. La vida en primera planta es diferente a pesar de haber un confinamiento es más llevadero. Tenemos que llevar siempre la mascarilla pero podemos hacer gimnasia con Carlos en pequeños grupos. Para ello, nos tenemos que poner también guantes; podemos salir a la terraza para tomar el sol y jugar a los bolos, ir a la peluquería para ponernos guapas, jugar al bingo con los compañeros, estar en la biblioteca comentando y haciendo ejercicios con Miriam.

Tengo muchas ganas de que todo esto termine para poder recibir visitas de nuestros familiares y amigos, pero sobre todo, de lo que tengo muchas ganas es de poder ver, abrazar y besar a mi marido y a mi hija. 

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