Jordi A. Jauset Berrocal, doctor en comunicación, ingeniero, músico y divulgador científico de los beneficios de la música en la salud y la educación, colabora con el equipo de ISENSI en el proyecto de nuestra cabina terapéutica Lucía.
“La escucha musical no es una actividad pasiva sino altamente dinámica para el cerebro, porque estimula una diversidad de áreas de ambos hemisferios. Es recomendable para personas de cualquier edad, al favorecer la dinamización e interconexión de una gran diversidad de redes neuronales, a la vez que puede proporcionarles una agradable sensación de bienestar”.
Los más recientes estudios neurocientíficos concluyen que en personas con demencias (Alzheimer y otras) puede actuar favorablemente en las funciones cognitivas y reducir la ansiedad.
En personas con problemas de movilidad, la escucha de música rítmica incrementa y favorece la conectividad entre las áreas auditivas y motoras cerebrales. Si se utiliza música autoseleccionada (preferida) aumenta la sensación de bienestar, al incrementarse la segregación de determinados neurotransmisores (dopamina) que propician dicho estado.
La música también contribuye, en general, a disminuir la ansiedad, la percepción de dolor y la depresión. Y proporciona un estado de relajación, en particular cuando es música instrumental adecuadamente seleccionada y/o sonidos de la naturaleza, influyendo en las constantes fisiológicas del organismo.